Situación: Un pitido inusual de tu móvil te alerta. "¿Por qué suena así, si yo no tengo ese tono ni para los mensajes?". Te acercas, lo miras... ¡Vaya! Si es el cumpleaños de [introduce aquí el nombre de alguien que conozcas].

Porque la realidad actual es así. Ya no recordamos las fechas; las apuntamos en el teléfono móvil y confiamos en que nos las recuerde a tiempo. Pero siempre lo hace demasiado tarde. ¡Maldita ineficacia tecnológica!

Y, ahora, el dilema: ¿Y qué le regalo yo a [introduce aquí el mismo nombre de antes]?

Para situaciones como esta existen los inventores. En este caso, de tarjetas de felicitación y derivados, como The __ Cards: Tarjetas en blanco en las que, sustrayendo puntos (cual agente de nuestra querida benemérita en un control de tráfico), puedes improvisar la felicitación perfecta y quedar como un rey. ¿Por qué comprar una tarjeta para cada ocasión, pudiendo tener una sola para todas ella? Ahorras tiempo, dinero y esfuerzos.

Claro, que si en ti se juntan mala memoria, postergación y falta de creatividad en momentos de estrés de última hora, y a ti lo de ir quitando puntitos te agota, lo tuyo es este sello Todo en uno: