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En la web del proyecto (todavía no es la versión definitiva) hay un mapa con la ubicación de todos los contenedores que hay (o que se van creando, con la información de cada uno de ellos) en la ciudad de Londres.
¿Cuál es la razón de ser de todo esto? Pues, supongo, tener una piscina, un trozo de jardín o un lugar en el que pasar la tarde por tan sólo unas pocas decenas de euros, que es lo que cuesta el alquiler de uno de estos contenedores (previo papeleo de solicitud de supuesta reforma interior de cualquier local o vivienda, claro).
Si bien, como ya he dicho, es algo que se le ha podido pasar por la cabeza a cualquiera y esto no es algo sumamente original, puesto que aquí mismo en España (y desde hace ya tiempo) se han hecho cosas similares (ya sabéis, la picaresca es la picaresca...). Lo que sí es digno de mención es que estos espacios se creen y difundan de modo que quien quiera pueda tener acceso a ellos, siempre que no le importe estar expuesto/a a la mirada de los transeúntes.
Contenedores de asombros
¿Nunca has pasado cerca de un contenedor de escombros vacío al pie de algún edificio en construcción en pleno verano y has pensado: "Qué buena piscina sería si estuviera lleno de agua"?
Pues eso mismo fue lo que debió pensar Oliver Bishop-Young, un diseñador londinense. Y así se le ocurrió la idea de utilizar estos contenedores como (pequeños) espacios decorativos, lúdicos o de esparcimiento, en plena calle, creando con en ellos jardines, salas de estar, piscinas o incluso una rampa de skate.
En la web del proyecto (todavía no es la versión definitiva) hay un mapa con la ubicación de todos los contenedores que hay (o que se van creando, con la información de cada uno de ellos) en la ciudad de Londres.
¿Cuál es la razón de ser de todo esto? Pues, supongo, tener una piscina, un trozo de jardín o un lugar en el que pasar la tarde por tan sólo unas pocas decenas de euros, que es lo que cuesta el alquiler de uno de estos contenedores (previo papeleo de solicitud de supuesta reforma interior de cualquier local o vivienda, claro).
Si bien, como ya he dicho, es algo que se le ha podido pasar por la cabeza a cualquiera y esto no es algo sumamente original, puesto que aquí mismo en España (y desde hace ya tiempo) se han hecho cosas similares (ya sabéis, la picaresca es la picaresca...). Lo que sí es digno de mención es que estos espacios se creen y difundan de modo que quien quiera pueda tener acceso a ellos, siempre que no le importe estar expuesto/a a la mirada de los transeúntes.
Vía | Dezeen
jueves, julio 24, 2008
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Etiquetas:
cómo mola,
diseño,
qué curioso
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