No, no me refiero a tomar asiento de un modo peculiarmente espectacular, sino a un sentido mucho más literal.

Imagínate unas sillas que, mientras no están ejerciendo de sillas, cumplen la función de decorar la casa. Eso mismo es lo que debió pensar el diseñador coreano Kwang Hoo Lee al idear estas sillas-cuadro, cuadros-silla o ni-lo-uno-ni-lo-otro.